"La virginidad es algo muy valioso que guardo para cuando me case. Es un premio, no le das a cualquiera, sino a quien se merece", dice Griselda. Al igual que esta joven de 17 años, solo el 17,59% de las chicas y los muchachos piensa que es importante llegar casto al matrimonio, según revela una encuesta hecha por el Centro de Investigación y Estudios Socioeconómicos por encargo de La Nación.
El estudio señala que la virginidad es un valor que definitivamente cotiza a la baja en estos días entre la población juvenil. Casi el 55% de los jóvenes que aún no experimentó la primera relación sexual, declaró que solo espera la persona adecuada y el momento oportuno para iniciarse. No hace falta que sea dentro de la institución del matrimonio, ni con la persona con la que querrían casarse.
"No tengo la idea de que solo cuando me case tendré sexo, sino simplemente no lo hago porque no estoy preparada. Mantengo la idea de que va a llegar el momento en que me sienta segura, cuando tenga un sentimiento verdadero", explica Rocío (15 años).
Al comparar por sexo, los resultados señalan que para ellas es más importante conservar la castidad hasta el matrimonio (24,33%) que para ellos (2,39%).
La encuesta se realizó a jóvenes de entre 15 y 25 años, provenientes de Asunción y municipios metropolitanos, en su mayoría solteros. El 76% de los entrevistados confesó que tuvo relaciones sexuales, mientras que el restante 24% contestó que no.
OTROS FACTORES
A los encuestados se les preguntó por qué no tuvieron relaciones sexuales aún. Las respuestas obtenidas son diversas y llamativas. Por ejemplo, un 10% de los jóvenes reprime su deseo de iniciarse sexualmente por miedo a las enfermedades. Al desagregar por sexo, este dato es considerablemente más importante en el caso de los varones (30%) que de las mujeres (1,20%).
Un 7% dijo que aún no ha mantenido relaciones sexuales por miedo a quedar embarazada o a embarazar a la mujer en el caso de los varones.
El factor que perdió definitivamente su impacto es el religioso, pues a pesar de que este es un país eminente católico, solo el 3,49% (la mayoría mujeres) dice apegarse a los comportamientos morales que les dicta su religión.
TESTIMONIOS
"No lo hago porque no estoy preparada"
- LAURA (17)
"Yo no mantengo la idea de que solo cuando me case tendré sexo. Simplemente no lo hago porque no estoy preparada", asegura Laura al hablar de su virginidad y del porqué aún no tuvo relaciones sexuales.
Asegura que cuando llegue el momento y la persona adecuada podrá entregarse. "Va a llegar el momento que yo me sienta segura, tal vez alcance cuando me case, o si se da la oportunidad y tenga un sentimiento verdadero y me sienta segura, sí va a pasar", contó.
Laura tiene 17 años y no es partidaria del sexo casual. "A la hora de tener sexo, hay que tener en cuenta todo lo que se refiere a las consecuencias, como podría ser el embarazo, contraer enfermedades", manifestó.
"Tampoco es tener sexo solo luego de casarte, sino también tener el sexo prematrimonial, pero sintiéndote maduro y seguro de lo que se hará, con responsabilidad, no solo por placer", indicó.
Criticó el machismo que permite solo a los hombres llevar una vida sexual prematrimonial, mientras que a las mujeres no se les permite. "Es también machista que solo las mujeres lleguen al altar vírgenes y puros, porque no es justo que los hombres puedan hacerlo y las mujeres no", aseguró.
"Tengo la virginidad como un valor"
- ISABEL (17)
"El hecho que no haya tenido relaciones sexuales no pasa por la creencia religiosa, sino que depende de mí como persona", aseguró Isabel, de 17 años.
La joven dijo que muchas chicas, por tener relaciones, se meten con cualquiera. "Todo es por probar, para conocer y experimentar. Yo no. Sigo teniendo la virginidad como un valor", aseguró.
Dijo que aún no le llama la atención el sexo porque tiene otras cosas más importantes en que pensar. "No me nace, no me llama la atención y no tengo por qué hacerlo. Hay otras cosas que se llaman más la atención, porque dentro de la familia se fue inculcando eso", manifestó.
En cuanto al diálogo que existe entre las familias, Isabel asegura que muchas veces los padres "no quieren hablar de sexo porque eso es pecado. Agregó que los padres piden que se sigan sus pasos y se limitan a decir que hagan lo que ellos hicieron".
Según Isabel, los jóvenes asisten a las clases de educación sexual en las escuelas solo para perder clases, debido a que no prestan atención, "y a la hora de la verdad, no saben qué hacer, por más que asistan a las charlas y así nomás después ya llegan las enfermedades", concluyó.
"Fruto de los antivalores"
- JAVIER LEIRO, SICÓLOGO.
La virginidad y la castidad han perdido fuerza como valores últimamente, fruto de una sociedad consumista y repleta de antivalores, en la cual solo importa el dinero y la satisfacción personal, la vida egoísta enfocada en el placer material y humano, manifiesta el doctor Javier Leiro, sicólogo especializado en infancia y juventud.
Antes de empezar a hablar, Leiro aclara que sus reflexiones tienen un fondo moral basado en los principios de la fe. Refiere que la castidad consiste en el dominio de sí, en la capacidad de orientar el instinto sexual al servicio del amor y de integrarlo en el desarrollo de la persona. "La castidad cristiana supone superación del propio egoísmo, capacidad de sacrificio por el bien de los demás, nobleza y lealtad en el servicio y en el amor", resalta Leiro.
Con relación al momento "ideal" de iniciación sexual, Leiro destaca que no existe una edad indicada, ya que al ser personas diferentes, todos tenemos también intereses, personalidades y vivencias distintas. "Sin embargo, si tomamos como punto de partida la fe, podemos afirmar que la actividad sexual debe iniciarse con el matrimonio", resalta Leiro.
"El sexo es bueno, pero en el matrimonio"
- WALTER NEUFELD, PASTOR EVANGÉLICO.
El pastor evangélico Walter Neufeld, del Ministerio Jesús Responde, indicó que como miembros de la Iglesia, siempre se les habla a los jóvenes cuerpo como pertenencia del Espíritu Santo. Además, se encara la virginidad como un valor que debe ser entregado a la pareja en la vida matrimonial, lo que, a su criterio, hace que las personas sean más dignas.
"Como Iglesia, nos dirigimos a los jóvenes en lo que enseña la palabra de Dios, que nos dice que nuestro cuerpo es del Espíritu Santo. Así, las relaciones sexuales pertenecen solo a una pareja formal", indica.
La virginidad se encara con los jóvenes de la iglesia en charlas específicas y especialmente a aquellos que se ponen de novios. El tema también se aborda en los campamentos, según manifestó el predicador.
"El valor de mantenerse virgen que es algo muy grande que luego se puede entregar a la pareja como una persona digna en el matrimonio. Se enseña que Jesús nos ayuda para mantener la virginidad, que esto es bueno tanto para el hombre como para la mujer", explicó Neufeld.
"La castidad es para ambos"
- ADALBERTO MARTÍNEZ, MONSEÑOR.
La virginidad sufrió una devaluación en relación al valor que tenía antes, explicó monseñor Adalberto Martínez, obispo responsable de la Pastoral Juvenil Nacional. "La virginidad, en cierto modo, es una palabra que en la Iglesia está relacionada a la consagración de la vida a Dios", indicó el también obispo de la Diócesis de San Lorenzo.
Agregó que al hablar de la virginidad, se trata más de la mujer, mientras que en el hombre es el celibato. Sin embargo, indicó que la castidad debe ser tanto para el hombre como para la mujer.
"La castidad es para ambos. No es solo un hecho físico, sino como un hecho del corazón, que tiene que servir la castidad para buscar a Dios a través de la ayuda al pobre, a las comunidades y otras cosas", indicó.
Según el prelado, la castidad debe ser explicada en su profundidad, teniendo en cuenta el amor mismo para la vida matrimonial, el prepararse para una vida de santidad de matrimonio.
"La castidad es siempre entendida como una donación no solo como una regla impuesta o como una condena, que muchos se averguenzan de ser castos, por la vida de placer que otros llevan", aseguró el religioso.
La castidad genera polémica
Desde la Antigua Roma, en que la sacralidad de las jóvenes se asociaba a la fecundidad y era ajena a la idea de pecado, hasta las actuales clínicas japonesas que cosen el himen de las futuras esposas para que su marido crea que son castas, la virginidad hasta el matrimonio ha sido siempre un objeto de debate, estudio y discusión.
En el Paraguay, la polémica cobró fuerza hace algunos meses, a raíz de un juicio promovido por la modelo Rossana Beltrán contra algunos conductores radiales que cuestionaron su castidad. La joven de 18 años declaró a algunas revistas que era virgen y que, pese a haber mantenido varias relaciones sentimentales con futbolistas y empresarios, nunca les había entregado "la prueba del amor".
Pero Rossana no es la primera abanderada de la virginidad en este país. También la ex Miss Paraguay, Yanina González, hizo oír por todos los medios de comunicación su proclama provirginidad hasta el casamiento.
Un caso interesante ocurrió hace algunos meses. Una joven británica de 18 años subastó su virginidad en Internet para pagarse la universidad y cobró varios miles de euros por su primera vez.
En general, el concepto de la castidad femenina varía según los países: muchas sociedades la idealizan, otras la consideran machismo. La práctica de que el marido exhiba la sábana manchada con sangre de su esposa tras la noche de bodas vigente en muchas culturas es sólo una de las formas de entender la virginidad que existe en el mundo.
Para algunos antropólogos, la castidad femenina es un reaseguro para proteger la paternidad, ya que si bien nadie puede robar a la mujer su condición de madre, siempre hay duda sobre la del padre. Para otros expertos, es un resabio del machismo, un anacronismo heredado de concepciones religiosas, que condenaba a la lapidación a las mujeres que la habían perdido.
FANÁTICOS DE LA CASTIDAD
En Estados Unidos funcionan los denominados "clubes de castidad", cuyos miembros se comprometen a no mantener relaciones sexuales antes de contraer el matrimonio, consideran a la virginidad como el mejor remedio contra el sida y se manifiestan contrarios a la promiscuidad.
Los partidarios de la denominada "contrarrevolución sexual", que gana adeptos en el norte, y cuyo puritanismo se extiende a países europeos, no sólo se sienten orgullos de mantenerse vírgenes y ensalzan las supuestas ventajas que eso tiene para la salud, sino que también invitan a quienes hayan tenido relaciones sexuales a emprender una "segunda virginidad".
Fuente: lanacion.com.py