PLANETA JOVEN "Ingresa a tu mundo"

En estos tiempos los jóvenes estamos en medio de un desastre. No podemos escapar del problema en el que nos han metido las generaciones pasadas. Sida, drogas, desordenes sexuales, violencia en extremo, familias en peligro de extinción, etc. Pero creemos que mejoraremos este asunto, lo haremos con la unidad de los jóvenes de todo el mundo. Con amor y pasión la realidad futura será otra de la que nos toca vivir hoy. No escaparemos, la enfrentaremos.

12 septiembre, 2005

TIEMPO DE CAMBIO

Los tiempos son extremos. No se puede vivir en el medio, o se esta de un lado o del otro. O sos una persona constructiva o te dedicas a destruir. O te lamentas por las desgracias del ayer o te arremangas en pro de la construcción del mañana. Buscamos una revolución y sabemos que solo la violencia nos llevara a concretarla. Seremos violentamente santos, amaremos hasta las últimas consecuencias y perdonaremos sin importar el grado de la ofensa. Buscamos la instalación de un reino, y solo se instalara cuando los violentos lo arrebaten. El amor sacrificial de Jesús nos muestra el camino y el método de trabajo: el servicio, la entrega, el sacrificio desinteresado por amor; con nada vinimos y con nada nos iremos. El mañana no existe, solo tenemos el hoy para hacer realidad nuestro sueño. La vida es ahora, y aquí mismo.
Adelante, la revolución ya empezó, empezó en mi interior, espero continúe en el tuyo.

EL DATO

PATEANDOGUSANOS.COM

LA SOLEDAD

Allí estaba, sentado en una banqueta, con los pies descalzos sobre las baldosas rotas de la vereda; gorra marrón, manos arrugadas sosteniendo un viejo bastón de madera; pantalones que arremangados dejaban libres sus pantorrillas y una camisa blanca, gastada, con un chaleco de lana tejido a mano. El anciano miraba a la nada. Y el viejo lloró, y en su única lágrima expresó tanto que me fue muy difícil acercarme, a preguntarle, o siquiera consolarlo.

Por el frente de su casa pasé mirándolo, al voltear su mirada la fijó en mi, le sonreí, lo saludé con un gesto aunque no crucé la calle, no me animé, no lo conocía y si bien entendí que en la mirada de aquella lágrima se mostraba una gran necesidad seguí mi camino, sin convencerme de estar haciendo lo correcto.

En mi camino guardé la imagen, la de su mirada encontrándose con la mía. Traté de olvidarme. Caminé rápido como escapándome. Compré un libro y ni bien llegué a mi casa comencé a leerlo esperando que el tiempo borrara esa presencia.... pero esa lágrima no se borraba...

Los viejos no lloran así por nada, me dije.

Esa noche me costó dormir, la conciencia no entiende de horarios y decidí que a la mañana volvería a su casa y conversaría con él, tal como entendí que me lo había pedido. Luego de vencer mi pena, logré dormir.

Recuerdo haber preparado un poco de café, compré galletas y muy deprisa fui a su casa convencido de tener mucho por conversar.

Llamé a la puerta, cedieron las rechinantes bisagras y salió otro hombre.

- ¿Qué desea? - Preguntó, mirándome con un gesto adusto.

- Busco al anciano que vive en esta casa. - Contesté.

- Mi padre murió ayer por la tarde - Dijo entre lágrimas.

- ¡Murió!- Dije decepcionado. Las piernas se me aflojaron, la mente se me nubló y los ojos se me humedecieron.

- ¿Usted quien es? - Volvió a preguntar.

- En realidad nadie - Contesté, y agregué - Ayer pasé por la puerta de su casa, y estaba su padre sentado, vi que lloraba y a pesar de que lo saludé no me detuve a preguntarle que le sucedía pero hoy volví para hablar con él pero veo que es tarde.

- No me lo va a creer pero Usted es la persona de quien hablaba en su diario.

Extrañado por lo que me decía, lo miré pidiéndole más explicación.

- Por favor, Pase - Me dijo aún sin contestarme.

Luego de servir un poco de café me llevó hasta donde estaba su diario y la ultima hoja rezaba: "hoy me regalaron una sonrisa plena y un saludo amable... hoy es un día bello".

Tuve que sentarme, me dolió el alma de solo pensar lo importante que hubiera sido para ese hombre que yo cruzara aquella calle.

Me levanté lentamente y al mirar al hombre le dije: - Si hubiera cruzado de vereda y hubiera conversado unos instantes con su padre...- Pero me interrumpió y con los ojos humedecidos de llanto dijo: - Si yo hubiera venido a visitarlo al menos una vez este último año, quizás su saludo y su sonrisa no hubieran significado tanto.



Autor Desconocido




“Vivir en el corazón de los que dejamos detrás de nosotros no es morir”.
T. Campbell

“La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya es hora de morirse”.
Ernesto Sabato



GRACIAS MIRIAN H.